InicioTU OPINIÓNEL GATO QUE AMABA LOS LIBROS de Sosuke Natsukawa

EL GATO QUE AMABA LOS LIBROS de Sosuke Natsukawa

Por Alfredo Gutiérrez Fuentes

Un canto a los libros, a los clásicos literarios, a las librerías de viejo y principalmente, a esos lectores voraces y apasionados por las palabras.

Japón fascina. Tienen su propio realismo mágico con esos colores y tradiciones. Cada pedazo de historia pareciera revelar un universo fantástico y esta novela no es la excepción. Nos presentan al joven Rintaro que vive con su abuelo, un hombre que cumple el sueño de muchos. Trabajar en su propia librería, cuando de improviso, como casi siempre lo es, la muerte lo visita. El adolescente solo y perdido, es visitado de sorpresa por un gato (Tora) que no solo habla, sino que también le implora por ayuda para resolver ciertos enigmas literarios.

En Japón tienen una palabra “Hikikomori”, que describe a las personas que se recluyen en sus casas, apartándose de la sociedad, para no interactuar con nadie por, según dicta la enfermedad, por al menos seis meses. Básicamente ese es nuestro protagonista Kintaro.

Así, el gato posado sobre una pila de libros convence a Kintaro, quien intrigado decide seguirle por los recovecos de la misma librería que lo vio devorar los libros que su abuelo le mostrara. Seguir al gato, hacer frente a los desafíos y sobrevivir a la soledad, serán el centro de esta obra.

Se nota una descarga emocional del autor en un afán más bien crítico del ecosistema del libro (quien lo escribe, lo publica, lo compra, lo lee). De esta manera, los desafíos que enfrenta Kintaro, son metáforas de sus propias fobias con aquellos lectores compulsivos, los que solo leen resúmenes, quienes están atentos al autor super ventas de la semana o las empresas que los producen, sin embargo, el lenguaje mesiánico se transforma en una fábula de lucha más cercana a un quijote dulzón, que aun escritor con metralleta.

Hay magia en este libro y por lo demás, la historia de un gato que hable y sepa de literatura merece su propia línea narrativa, pero acá sirve de referencia para tensar el desarrollo de una novela escrita en clave juvenil, que será la delicia de quienes comparten la lectura como centro y margen de la vida misma.

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