InicioTU OPINIÓN“Salvo nosotros, nadie habla de nosotros”, de Wilhelm Genazino

“Salvo nosotros, nadie habla de nosotros”, de Wilhelm Genazino

Por Alfredo Gutiérrez Fuentes, Subdirector Académico AIEP Antofagasta.

Algo anda mal con el protagonista sin nombre de esta obra. Las cosas no salen como las esperó, quizás en su juventud y ahora, ya deambulando en los cuarentas, no logra hacer lo que realmente desea, que es actuar en teatro y por tanto, sobrevive realizando, de vez en cuando, locuciones radiales, que no logran hacerlo sentir pleno.

Con su pareja, Carola, las cosas tampoco están en la cúspide. Ella con 35 años, una corredora compulsiva, ha decidido tener un hijo con él y la relación se torna insufrible cuando choca su desinterés por la reproducción y la necesidad propia de la mujer.

Esta novela transcurre en una ciudad alemana, que es descubierta como si fuera un turista por el narrador, quien sugestivamente parece desentonar con todo lo que lo rodea. Recorre las calles de su barrio, los cafés, el supermercado, vuelve a casa, escucha algo de música y piensa en la gente con la que comparte pequeños momentos, como un extranjero, elevando los pequeños detalles de interacción, a cuestionamientos profundos de sí mismo y por supuesto a la relación que lleva con Carola.

El discurso que construye Genazino, será el ocio el eje central. Así, la sexualidad, el onanismo, la contemplación, la noche, la memoria y por sobre todo la desilusión, serán los verdaderos protagonistas de esta novela. Pero lo aparentemente sencillo, es en el fondo un ácido cuestionamiento social de la época, los convencionalismos y la soledad de las personas.

Este autor alemán, fallecido en el año 2018, posee una basta obra y en ella destacan personajes inadaptados. No son héroes, no son antihéroes, sino obcecados con la observación de la cotidianeidad y la simpleza de lo inútil y marginal.

“Salvo nosotros, nadie habla de nosotros” es totalmente recomendable para quienes vacilan, los que dudan, para los paseantes de la ciudad, el callejero, el que se baja de la micro en un lugar desconocido, adentrándose en calles distantes, buscando sin rumbo, conmoverse fuera de la comodidad de los lugares comunes.

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